miércoles, 24 de noviembre de 2010

- INYECCIONES -

*Ëscrito por: TAKER

Alguna vez comenté aquí -en la tan gustada sección de confesiones de Taker, ajá!- que le tengo miedo a las agujas y que al ver una inmediatamente me pongo tenso. Bien, pese a eso, el pasado viernes asistí a una clínica a aplicarme una vacuna, se trata de la vacuna contra la influenza AH1N1 -AHLNL como diría la 'maestra' Elba Esther Gordillo-.

Lo sé, critiqué demasiado, y el día de hoy no cambia mi opinión. El año pasado durante la contingencia sanitaria debido al brote de esta enfermedad se cayó en la exageración y en pánico extremo sin mucho sentido, sin embargo el virus ahí está y al menos así ya puedo decir que soy inmune en caso de que se presentara otra contingencia.


Gracias a ese piquetito podré seguir feliz sin pertenecer a la 'banda de los sin boca' como bauticé a todos los que portaban absurdamente durante todo el día -y durante varios días- el mismo cubrebocas.


Acá lo que quería comentar es lo siguiente. Me hicieron llenar una hoja con mi nombre, edad y dirección -como estaba cerca del trabajo puse la dirección de ahí- y tuve que levantarme la manga para dejar al descubierto mi bien formado brazo derecho -hago énfasis en esto porque el izquierdo nomas no está igual de fuerte-.


Antes del piquete me dijeron: "Las reacciones que puede provocar son: Dolor de cabeza, dolor muscular, nauseas, fiebre, hinchazón en el brazo, un moretón, ardor alrededor del piquete, enrojecimiento de la zona, comezón, sueño..." y un largo etcétera. Creo que al menos no me iba a doler el estómago ni me iba a dar diarrea, lo cual considero que ya era ganancia.


Sí, volvimos al clásico "Ponlo flojito" -les digo que mi brazo es muy fuerte- y me inyectaron, "Vas a sentir algo de ardor pero es normal" y listo. Aguja afuera, me pasan un algodón y es todo. En efecto la sustancia esa ardía pero nada del otro mundo. Lo que no me dijeron es que el brazo me iba a doler todo el viernes y parte del sábado, a grado tal que por momentos ni siquiera podía levantarlo. Para colmo, y sin saber, ese día todo mundo me saludaba dándome un golpecito en ese brazo.


Lo que no le voy a perdonar a esa clínica, ni al IMSS, ni al wey que me inyectó, es esto:




O sea, el dolor pasa... Pero ¿Mancharme de sangre -mía y producto de su inyección- un jersey de Necaxa? >.


Nota: En la primera foto justo en el borde del parche de la FMF se alcanza a ver la mancha, el resto, lo de la segunda foto es justo detrás del mencionado parche.


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*Fecha original del post: 22 / Febrero / 2010
-Patrocinado por: Rest In Peace
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