viernes, 31 de diciembre de 2010

- ¿Por qué nos gusta el fútbol mexicano? -



Quizás para la mayoría en México la respuesta es obvia, debido a que gran parte de la sociedad actual es consumidora de todo lo relacionado a este deporte, pero para los que no lo son, les resulta incomprensible el que los aficionados le dediquen 90 minutos semanales a ver como un balón va de un lado a otro. Y  explicárselos es difícil porque en realidad es algo parecido a una religión: en pocas palabras, para comprender la fuerza de la fe se tiene que creer en ella.

Las personas detractoras de este deporte lo definen como un circo que atonta a la población o, en su defecto, los que se han ido decepcionando del deporte lo están empezando a ver como una especie de negocio, debido a algunos cambios y transacciones sin escrúpulos que se han ido presentando en los últimos años. Si a esto le agregamos al problema de algunos arbitrajes malos que incluso llegan rayan en lo mal intencionados, la situación se agrava; lamentablemente esto no solo se presenta en el ámbito local, para ejemplos inmediatos tenemos muchos partidos del Mundial de Sudáfrica 2010, incluyendo la tristemente célebre mano del francés Thierry Henry que le dio el tiro de gracia a la selección de Irlanda y la dejó fuera de ese torneo.

Los errores en nuestro torneo local se ocasionan principalmente por los directivos y ciertas decisiones que llevan a nuestro fútbol por un camino que al parecer tiene la meta de “lo importante es el dinero”, esto se ve reflejado con la escasa oportunidad para el talento joven y no es sólo culpa de ellos, sino de muchos de nosotros también; y es que los aficionados que en gran parte pagan un boleto realmente no esperan ver a Pedro González de 20 años vistiendo la casaca de su equipo supliendo la ausencia del delantero vende boletos o de la flamante contratación del jugador extranjero del que no sabemos nada, pero dicen que es muy bueno.

Aunque se ha hecho el intento con la modificación al reglamento obligando a los equipos a sumar 1000 minutos con jugadores menores de 23 años, algunos toman sus reservas con esta regla para utilizarla a su conveniencia, en vez de ver por el crecimiento del jugador y su desarrollo en la institución. Tomando en cuenta que sólo se pueden contabilizar 270 minutos por juego, algunos técnicos lo dejan para el último debido a la estructura del campeonato y su necesidad de buenos resultado en un corto periodo de tiempo. Y es que en un mercado en el que muchos técnicos no tienen la oportunidad de terminar un proceso, difícilmente un jugador logra adueñarse de la titularidad teniendo un rango de edad de entre 19-22 años, salvo en contadas excepciones y en ciertos equipos.

Y en la selección, ¿qué pasó cuando Javier Aguirre se decidió por el Bofo Bautista? la mayoría dijeron que estaba “jodido” y se olvidaron de que las decisiones son del técnico. Pero que quede claro, no estoy diciendo que no expresen sus opiniones, pero si les recomiendo que entiendan la responsabilidad del puesto, para los que hemos tenido la oportunidad de dirigir al menos un equipo juvenil, sabemos que a veces ese tipo de cosas pasan, pero es decisión nuestra quienes son los que van a jugar, aunque los padres digan una cosa u otra, simplemente son decisiones tácticas de cada entrenador.

Puede que no hayamos estado de acuerdo con lo que pasó en el Mundial y mucho menos con algunos detalles de la lista de seleccionados, pero la culpa no es de Aguirre; él llevó a los que pensó que rendirían y es todo. En mi opinión la culpa es de la Federación, que nunca tuvo la visión y el trabajo necesario para mantener un proceso exitoso que llevara a la selección a un buen destino, o por lo menos al tan añorado quinto partido.



-*Arturo Hernández Fuentes-
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Fecha original del post: 23 / Junio / 2010
Tambien pueden leerlo en: Pasión Sports

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